lunes, 1 de agosto de 2022

Unidad 0 El agua como recurso

 Antes de entrar en conocimiento de la energía hidráulica debemos entender la importancia de este recurso. Para esto debemos entender que es el agua y cual es la importancia del recurso hídrico.


El agua


El agua es una sustancia que se compone por dos átomos de hidrógeno y un átomo de oxígeno (H2O) y se puede encontrar en estado sólido (hielo), gaseoso (vapor) y líquido (agua). Las propiedades físicas y químicas del agua son muy importantes para la supervivencia de los ecosistemas.



Propiedades físicas


Es la única sustancia que se puede encontrar en los tres estados de la materia (líquido, sólido y gaseoso) de forma natural en la Tierra . El #Agua en su forma sólida, hielo, es menos densa que la líquida, por eso el hielo flota.


No tiene color, sabor ni olor. Su punto de congelación es a cero grados Celsius (°C), mientras que el de ebullición es a 100 °C (a nivel del mar). El agua del planeta está cambiando constantemente y siempre está en movimiento.


El agua tiene un alto índice específico de calor, es decir que tiene la capacidad de absorber mucho calor antes de que suba su temperatura. Por este motivo, el agua adquiere un papel relevante como enfriador en las industrias y ayuda a regular el cambio de temperatura del aire durante las estaciones del año.


El agua posee una tensión superficial muy alta, lo que significa que es pegajosa y elástica. Se une en gotas en vez  de separarse. Esta cualidad le proporciona al agua la acción capilar, es decir, que se pueda desplazar por medio de las raíces de las plantas y los vasos sanguíneos y disolver sustancias.


Propiedades químicas


La fórmula química del agua es H₂O, un átomo de oxígeno ligado a dos de hidrógeno. La molécula del agua tiene carga eléctrica positiva en un lado y negativa del otro. Debido a que las cargas eléctricas opuestas se atraen, las moléculas del agua tienden a unirse unas con otras.


El agua es conocida como el “solvente universal”, ya que disuelve más sustancias que cualquier otro líquido y contiene valiosos minerales y nutrientes.


El potencial de hidrógeno (pH) es una medida de acidez o alcalinidad de una disolución. El agua pura tiene un pH neutro de 7, lo que significa que no es ácida ni básica.


Otras de sus propiedades químicas son:


  • Reacciona con los óxidos ácidos (compuesto químico binario que resulta de la combinación de un elemento no metal con el oxígeno).

  • Reacciona con los óxidos básicos (combinación de un elemento metálico con el oxígeno).

  • Reacciona con los metales.

  • Reacciona con los no metales.

  • Se une en las sales formando hidratos.

  • La densidad del agua es 1.

  • El agua es la sustancia con mayor calor específico (4.180 J/Kg/ºC), aunque varía según la tem­peratura.

  • El calor latente que el agua requiere para romper un puente de hidrógeno y formar vapor es muy elevada (539 Kcal/Kg).

  • La tensión superficial del agua es muy alta.


Sabiendo esto podemos empezar a entender lo que es el agua dentro de la física y la química. Pero ¿ y en nuestras vidas?



El agua es un elemento de la naturaleza, integrante de todos los ecosistemas, esencial para el sostenimiento y la reproducción de la vida en el planeta ya que forma parte indispensable del desarrollo de los procesos biológicos que la hacen posible.


El recurso hídrico resulta por lo tanto crucial para la humanidad y para el resto de los seres vivos. La contaminación del agua y su escasez plantean amenazas para la salud humana y la vida de los hábitats del planeta.


Tiene propiedades únicas, por ello contribuye a la estabilidad del funcionamiento del entorno y de los seres y organismos que lo habitan, debido a esto se convierte en un elemento indispensable para la subsistencia de la vida animal y vegetal del planeta.


En este aspecto, este líquido vital constituye más del 80% del cuerpo de la mayoría de los organismos e interviene en la mayor parte de los procesos metabólicos que realizan los seres vivos. Además interviene de manera fundamental en el proceso de fotosíntesis de las plantas y es el hábitat de una gran cantidad de seres vivos.


Actualmente la humanidad está reaccionando frente al desabasto y la contaminación, buscando soluciones para las problemáticas con que se enfrenta. En la agenda de los principales actores políticos están como temas prioritarios la búsqueda de la seguridad hídrica: una gestión adecuada del recurso y la protección de su calidad para los asentamientos humanos.





usos del agua


El desarrollo de la humanidad tiene una de sus premisas en la relación con el agua. No sólo como fluido vital imprescindible, pues agricultura, pesca y navegación, han estado en la base del desarrollo social y económico de las diversas culturas. A ellas se incorporaron en épocas muy tempranas la energía hidráulica mediante los molinos y las fraguas, y los usos mineros.


Más recientemente se añadieron la industria y los usos urbanos asociados a la higiene y al confort de las personas. La secuencia de usos se ha actualizado con los servicios y las actividades recreativas, que se han añadido a los usos económicos de las sociedades modernas.


Los usos del agua van asociados a algunos conceptos que requieren de una revisión en profundidad. Por ejemplo, la clasificación en usos consuntivos y no consuntivos.


Tradicionalmente se han considerado consuntivos los usos que extraen agua de los sistemas naturales y no la retornan. Esa era la idea de Juan Álvarez Mendizábal cuando en 1836 afirmaba que “España no será rica mientras los ríos desemboquen en el mar” y que en algunos ámbitos aún parece tener vigencia. La mayoría de ríos siguen llegando al mar aunque deteriorados, pero los conceptos han evolucionado y hoy pensamos en usar el agua con el debido respeto a los llamados usos ambientales, que se corresponden con la sostenibilidad de las masas de agua y del ciclo que los alimenta, al que pertenecen. Están reconocidos por la Ley como un factor a respetar en cantidad y calidad, que limita el conjunto de los demás usos sean o no extractivos.


El consumo de agua puede ser por incorporación a un producto elaborado, por evaporación o –según la percepción de la cuenca cedente- por desviación mediante un trasvase.


Ahora bien, estrictamente hablando, el agua no se consume pues más pronto que tarde retorna al ciclo natural por uno u otro camino. En realidad, ¿qué es lo que consume un uso? En muchas ocasiones lo que induce al uso del agua es el aprovechamiento de alguna de sus propiedades: comúnmente, su energía, su calidad, su capacidad como disolvente y agente de arrastre o, simplemente, su localización geográfica.


No hace falta referirse a las aguas termales o las minero medicinales para evidenciar esa cuestión. Algunos de los usos industriales del agua se explican por ello:


La energía hidráulica, en cualquiera de sus modalidades aprovecha la energía potencial que el sol da al ciclo del agua. Las precipitaciones sobre las montañas permiten ese aprovechamiento energético y su transformación en electricidad u otros resultados.

El elevado calor específico permite su uso como agua de refrigeración, y el calor latente de vaporización su transformación en vapor como intermediario energético en muchos procesos. De ahí nació la era industrial.

Esos usos apenas consumen agua, pues en buena parte se recupera y/o retorna al cauce. Pero el agua retornada ha perdido valor energético, ha cambiado su emplazamiento o, simplemente, calienta el cauce receptor. No se ha consumido agua pero la operación no tiene impacto cero.


Un efecto análogo tiene la innivación artificial, que puede considerarse hija del cambio climático y de la industria turística. El efecto combinado de una menor innivación y del mercado del esquí y sus actividades colaterales –hostelería, equipamientos deportivos, infraestructuras asociadas- exigen la presencia de nieve que a falta de precipitación se obtiene del agua de pozos o manantiales más o menos lejanos a las pistas, que se congela y proyecta a cambio de una notable inversión energética. Aquí, el valor del agua es precisamente el de su congelación, pulverización y localización en las pistas.


Esas actividades tienen su impacto, al igual que los usos consuntivos tradicionales como los usos urbanos, agrícolas o industriales que retornan el agua contaminada a los cauces. Por ello y de forma general puede hablarse de consumo cuando el agua que retorna al cauce en malas condiciones deteriora e inutiliza volúmenes adicionales de agua. Es conocido que un metro cubico de agua limpia más un metro cúbico de agua sucia son dos metros cúbicos de agua sucia.


El valor añadido de un uso del agua se mide por el de toda la actividad que promueve. A veces es debido a la incorporación masiva de agua al proceso, como en la agricultura, a veces por el aprovechamiento de alguna de sus propiedades.


El valor añadido de un uso debe ponerse en relación con los impactos que genera, sean del tipo que sean. El impacto es, conceptualmente, aquella repercusión indirecta –o efecto colateral- de una actividad sobre otras. Aunque a veces se dan impactos positivos, normalmente son negativos y más cuando se trata de administrar un recurso escaso y valioso. Alguien paga por el beneficio de otro y eso no es justo.


Cada uso tiene su impacto que ha de ser debidamente valorado y traducido en dos direcciones:


La de los impactos admisibles. Ello remite a las medidas correctoras exigibles cuando se considera que el impacto previsto de una determinada actividad no es aceptable.

El coste imputable a la actividad para el sostenimiento del ciclo del agua en tanto que dominio público. Ese es el terreno de la fiscalidad ambiental aplicada al agua.

Por otra parte, hay que tener en cuenta que el ciclo del agua exige atender a funciones de interés general o de garantía como son la prevención de inundaciones, la limpieza viaria o la extinción de incendios.


Para una gestión sostenible del agua, el objetivo debería ser obtener, para la financiación del ciclo en su conjunto, una parte del valor generado por el agua que esté en relación con los impactos generados, su limitación y la administración del bien en su conjunto. Esa es una cuestión que requiere una revisión en profundidad en nuestro ordenamiento, pues la distribución de la contribución fiscal, por el momento es desigual según los territorios y los usos, y grava más a aquellos usuarios –los urbanos- a los que es más fácil la imputación de esos costes.


  • El ciclo hidrológico es de vital importancia para el funcionamiento de los ecosistemas naturales y la regulación del clima. 

  • Constituye el 80% de la mayoría de los organismos, lo que permite que los tejidos y órganos funcionen y mantengan los procesos corporales vitales.

  • Los usos del agua más comunes son la agricultura, el consumo industrial y el consumo doméstico. El continuo crecimiento de la población genera una demanda cada vez mayor de este recurso tan limitado.



Cuanto agua gastamos


¿Cuánta agua consume una persona al día?


El consumo de agua en los hogares varía enormemente según el número de personas que haya en una casa y sus necesidades personales. Estos son algunos de los datos más comunes.


  • Una persona consume una media de 136 litros por día.

  • Todos los días se pierden 112 litros por propiedad por fugas.

  • Si se tiene ducha de hidromasaje se utilizan 13 litros por minuto, mientras que con una ducha monomando: se utilizan 8 litros por minuto. Si la ducha es eléctrica se utilizan 5 litros por minuto.

  • Respecto a las bañeras, el consumo de agua por persona en un baño completo utiliza 80 litros.

  • Con el inodoro, 5 litros por descarga mediante cisterna moderna, y serían 9 litros por descarga para inodoros antiguos.

  • En lo que respecta a la lavadora, suelen ser 50 litros por ciclo.

  • Hablando del lavavajillas, se mueve alrededor de los 14 litros por ciclo para uno moderno. 10 litros por ciclo en configuración ecológica.

  • Lavándose las manos se utilizan 6 litros por minuto con un grifo abierto. Unos 8 litros con un lavado en cubeta.

  • En el lavado de coche, 250 litros por uso de manguera y 30 litros por cubeta de lavado.



Reservorios de agua en san luis


San Luis cuenta con una política hídrica de vanguardia, caracterizada por una fuerte visión de futuro, que hoy le permite contar con una reserva hídrica incrementada en más de un 50% en los últimos años, que garantiza la provisión de agua para todos sus habitantes.

El agua para consumo agrícola, ganadero, riego, industrial y generación de energía es un elemento fundamental no solo para la supervivencia sino también para el crecimiento y desarrollo de una provincia en permanente expansión. La capacidad total de almacenamiento alcanza los 470 hm³.

Los espejos de agua a lo largo y ancho de nuestro territorio, ya suman un total de 20 presas y embalses, considerando también los pequeños diques derivadores.


1 ⁄ 4 del agua embalsada en la provincia la posee el dique la florida con 105 HM3 de agua siendo el espejo de agua más grande de la provincia.




Ejercicios


  1. Investigar qué legislación rige en base al recurso hídrico dentro del territorio provincial.

  2. ¿Cuál es la diferencia entre canal y acueducto?

  3. Por las inmediaciones de la escuela circula un cauce de agua ¿Conoces su nombre? Rio chorrillos.

Unidad 8

 Energía Undimotriz

Las corrientes de los océanos, que son la causa que el mar fluya, se generan principalmente por la subida y bajada de las mareas, las cuales son consecuencia de la interacción gravitacional entre la Tierra, la Luna y el Sol. Sin embargo, existen otros efectos, tales como diferencias de temperaturas locales (la más destacadas son las corrientes del Golfo, que mueven alrededor de 80 millones de metros cúbicos de agua cada segundo), diferencias de salinidad y efectos de las fuerzas de Coriolis, causadas por la rotación de la Tierra, que también influyen de manera importante.

Existen dos métodos diferentes de extraer energía de las mareas.

Uno de ellos consiste en la utilización de la energía potencial del agua que se almacena

en un estuario (el cual se separa del mar abierto mediante un dique con el propósito de constituir un depósito de almacenamiento) durante la pleamar.

En este caso, de similar manera que en las centrales hidroeléctricas, el agua se hace pasar

a través de unas turbinas para generar electricidad. Sin embargo, estas centrales pueden operar de diversas maneras, dependiendo del número de embalses o depósitos utilizados (único embalse o múltiples embalses) y de los sentidos del movimiento del agua que se aprovechen (del estuario al mar; del estuario al mar y del mar al estuario). Además, este tipo de instalaciones pueden completarse mediante la utilización de sistemas de almacenamiento con bombeo de agua de mar.

Las turbinas hidráulicas utilizadas en estas instalaciones pueden ser de diversos tipos,

pero han de cumplir ciertos requisitos debido a los pequeños saltos hidráulicos que utilizan

las centrales mareomotrices.

El otro método de aprovechamiento de la energía de las mareas consiste en la utilización

de la energía cinética de las corrientes marinas, de la misma forma que una turbina eólica

extrae la energía del viento. En este caso, se utilizan turbinas sumergidas en el mar, que

convierten la energía cinética del agua en energía mecánica de rotación en un eje, que conectado a un generador eléctrico produce electricidad.


Origen de la energía mareomotriz


Los mares y los océanos son inmensos colectores solares, de los cuales se puede

extraer energía de orígenes diversos.

  • La radiación solar incidente sobre los océanos, en determinadas condiciones atmosféricas, da lugar a los gradientes térmicos oceánicos (diferencia de temperaturas) a bajas latitudes y profundidades menores de 1.000 metros.

  • La alteración de los vientos y las aguas son responsables del oleaje y de las corrientes marinas.

  • La influencia gravitacional de los cuerpos celestes sobre las masas oceánicas provoca mareas.



Las mareas son movimientos oscilatorios del nivel del mar, debido a las fuerzas de atracción gravitacional que la Luna y el Sol ejercen sobre las partículas líquidas de los océanos





El comportamiento de las mareas y el desnivel de las mismas dependen de la posición

relativa de la Tierra, el Sol y la Luna, que cambia cada día, y de la proporción mares-tierra

(3:1), de su distribución geográfica, de la topografía local, de la profundidad de las cuencas

oceánicas, de los fenómenos meteorológicos y otros factores.


Debido a los movimientos de rotación de la Tierra alrededor de su eje y de la Luna

alrededor de la Tierra, existen mareas causadas tanto por el Sol como por la Luna.

En la Figura 12.1 se muestra un primer esquema básico, donde se representa únicamente el efecto de la atracción gravitacional entre la Luna y la Tierra y el efecto de las

fuerzas centrífugas. Ya que la atracción gravitatoria depende de las masas de los cuerpos

y de la distancia que los separa, la Luna, por estar mucho más cerca de la Tierra que el

Sol, influye mucho más en la generación de las mareas que éste.

Las masas de agua están expuestas, además, a la fuerza centrífuga como resultado del

movimiento de rotación de la Tierra. El nivel de marea que se produce es, por tanto, el

resultado de la combinación de las fuerzas centrífuga y gravitatoria.

Cuando la Luna está justamente encima de un determinado punto de la Tierra, la combinación de estas dos fuerzas hace que el agua se eleve sobre su nivel normal (protuberancias en la Figura 12.1). Esto se conoce como marea alta o pleamar. Lo mismo ocurre con las regiones situadas en el lado opuesto de la Tierra. A la primera se le conoce como marea directa, mientras que a la segunda se le conoce como marea opuesta.

El primer proceso, el efecto centrífugo, se debe al hecho que la Tierra y la Luna giran

una respecto de la otra en el espacio, aunque debido a que la masa de la Tierra es casi 100

veces mayor que la masa de la Luna, el movimiento de la Luna es más aparente. Sin

embargo, el eje de rotación relativa entre la Tierra y la Luna no se encuentra en el punto

medio de la distancia que existe entre ambos cuerpos.

Debido a que la Tierra es mucho mayor que la Luna, su centro común de rotación se

encuentra más próximo a la Tierra que a la Luna; de hecho el eje pasa debajo de la superficie de la Tierra (Figura 12.1). La rotación mutua alrededor de este eje produce una fuerza centrífuga relativamente mayor en los mares situados en el lado de la Tierra más alejado de la Luna, agrupándolos para producir una protuberancia (pleamar). También existe

una fuerza centrífuga más pequeña, dirigida hacia la Luna, que actúa en los mares que se

se encuentran enfrente de la Luna. Evidentemente, esta fuerza es más pequeña ya que la

distancia desde la superficie de la Tierra al eje común de rotación, situado justo dentro de

la superficie de la Tierra, es más pequeña.

El segundo proceso, el efecto gravitacional de atracción de la Luna, produce en los

mares de la cara de la Tierra más cercana a la Luna una protuberancia (pleamar), mientras

que los mares más alejados de la Luna experimentan una atracción lunar menor que la

media. 

En resumen, existen una pequeña fuerza centrífuga y una atracción lunar grande que

actúan en los mares situados enfrente de la Luna, y una mayor fuerza centrífuga y una

menor atracción lunar actuando en los mares situados en la otra cara de la Tierra. El resultado final, según este análisis, es que existe una simetría de fuerzas, pequeña y grande, en cada cara de la Tierra, que produce protuberancias de (en teoría) el mismo tamaño en cada cara de la Tierra. En la práctica, las protuberancias pueden diferir, debido, por ejemplo, a la inclinación del eje de la Tierra en relación a la órbita de la Luna y a los

efectos topográficos locales.


Asimismo, en los mares situados en las zonas perpendiculares al eje de las mareas

directa y opuesta se producen fases de marea baja o bajamar.

En la Figura 12.2 se muestra cómo las fuerzas de atracción del Sol modifican el esquema básico representado en la Figura 12.1.




Igualmente, el Sol provoca el ascenso de dos crestas de onda opuestas. Sin embargo,

de acuerdo con la ley de la gravitación de Newton, la fuerza de atracción es proporcional

a la masa e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia entre los objetos, por

tanto, aunque la masa del Sol sea mayor (alrededor de 27 millones de veces la de la Luna), debido a que está unas 400.000 veces más lejos, su fuerza para crear mareas es un

46% menor que la Luna.


El resultado de la suma de las fuerzas ejercidas por la Luna y el Sol es una onda compuesta por dos crestas, cuya posición depende de las posiciones relativas del Sol y de la

Luna en un instante dado.

De este modo, durante las fases de Luna nueva y llena, donde el Sol, la Luna y la Tierra están alineados, las ondas solar y lunar coinciden creando un estado conocido como mareas de primavera, mareas vivas o mareas de sicigias (Figura 12.3). En este caso los efectos se suman, provocando pleamares más altas y bajamares más bajas que las mareas promedio.

Sin embargo, cuando la Luna está en el primer o tercer cuadrante, el Sol forma un

ángulo recto con respecto a la Tierra que hace que las ondas queden sometidas a fuerzas



opuestas del Sol y de la Luna (Figura 12.2), con lo cual la amplitud de las mareas es

menor que el promedio. Este estado se conoce como el de marea muerta o marea de

cuadratura, donde las mareas altas son más bajas y las mareas bajas son más altas que lo

normal.

Las mareas de primavera y muerta se producen 60 horas después de las fases correspondientes de la Luna, este período se llama edad de la marea o de la fase de desigualdad.

La marea denominada de perigeo se produce cuando la distancia entre la Luna y la

Tierra es mínima. La amplitud de la marea aumenta.

La marea llamada de apogeo se presenta cuando la distancia entre la Luna y la Tierra

es máxima. La amplitud de la marea disminuye.

Las mareas extraordinarias se producen cuando coinciden las mareas de perigeo con

las mareas de sicigias, originando las mareas extra altas. En caso contrario cuando coinciden las mareas de apogeo con las mareas de cuadratura se producen las mareas extra bajas. Este tipo de mareas se presenta una vez al año.




lunes, 20 de septiembre de 2021

UNIDAD 7

 Generadores y Subsistemas de control


Para transformar la energía mecánica de rotación de la turbina en energía eléctrica se

utilizan generadores eléctricos. El generador puede ser de corriente continua (dinamo) o de

corriente alterna (alternador). Estos últimos son los únicos que se utilizan actualmente.


El alternador está compuesto de dos partes fundamentales: el rotor o inductor móvil, encargado de generar un campo magnético variable al girar arrastrado por la turbina y el estator o inducido fijo, en el que se genera la corriente eléctrica.


Maquinas electricas rotativas


El Generador


Llamamos máquinas eléctricas a los dispositivos capaces de transformar energía eléctrica en cualquier otra forma de energía. Las máquinas eléctricas se pueden dividir en:


Máquinas eléctricas rotativas, que están compuestas de partes giratorias, como los dinamos, alternadores y motores.

Máquinas eléctricas estáticas, que no disponen de partes móviles, como los transformadores.


Vamos a fijarnos en el grupo de las máquinas rotativas, que lo constituyen los motores y los generadores. Las máquinas eléctricas rotativas son reversibles, ya que pueden trabajar de dos maneras diferentes:


Como motor eléctrico: Convierte la energía eléctrica en mecánica.

Como generador eléctrico: Convierte la energía mecánica en eléctrica.




Las máquinas eléctricas se pueden dividir en rotativas y estáticas. En este caso vamos a fijarnos en el grupo de las máquinas rotativas que lo constituyen los motores y los generadores.

 Todas las máquinas rotativas están formadas por una parte fija llamada estator, tiene forma cilíndrica, y otra móvil llamada rotor.   

El rotor se monta en un eje que descansa en dos rodamientos o cojinetes. El espacio de aire que separa el estator del rotor, necesario para que pueda girar la máquina se denomina entrehierro.

Normalmente tanto en el estator como en el rotor existen devanados hechos con conductores de cobre por los que circulan corrientes suministradas o cedidas a un circuito exterior que constituye el sistema eléctrico. Uno de los devanados crea un flujo en el entrehierro y se denomina inductor. El otro devanado recibe el flujo del primero y se denomina inducido. De igual manera, se podría situar el inductor en el estator y el inducido en el rotor o viceversa.


Principio de funcionamiento de un generador eléctrico: la ley de Faraday


El principio de funcionamiento de los generadores se basa en el fenómeno de inducción electromagnética: la Ley de Faraday. 


 Esta ley nos dice que el voltaje inducido en un circuito es directamente proporcional al cambio del flujo magnético en un conductor o espira. Esto quiere decir que si tenemos un campo magnético generando un flujo magnético, necesitamos una espira por donde circule una corriente para conseguir que se genera la f.e.m. (fuerza electromotriz).


FEM generada por una dinamo 


E= K . N . Φ 

Donde:

E = Fuerza electromotriz (V)

Φ= Flujo por polos (Wb)

N = Velocidad de giro del inducido (r.p.m) 



Cuando dentro de un campo magnético tenemos una espira por donde circula una corriente eléctrica aparecen un par de fuerzas que provocan que la espira gire alrededor de su eje. De esta misma manera, si dentro de un campo magnético introducimos una espira y la hacemos girar provocamos la corriente inducida. Esta corriente inducida es la responsable de la f.e.m. y será variable en función de la posición de la espira y el campo magnético.  


La cantidad de corriente inducida o f.e.m. dependerá de la cantidad de flujo magnético (también llamado líneas) que la espira pueda cortar, cuanto mayor sea el número, mayor variación de flujo generará y por lo tanto mayor fuerza electromotriz.


Al hacer girar la espira dentro del imán conseguiremos una tensión que variará en función del tiempo. Esta tensión tendrá una forma alterna, puesto que de 180º a 360º los polos estarán invertidos y el valor de la tensión será negativo.





Generadores Eléctricos


Un generador es una máquina eléctrica rotativa que transforma energía mecánica en energía eléctrica. Lo consigue gracias a la interacción de los dos elementos principales que lo componen: la parte móvil llamada rotor, y la parte estática que se denomina estator.


Cuando un generador eléctrico está en funcionamiento, una de las dos partes genera un flujo magnético (actúa como  inductor) para que el otro lo transforme en electricidad (actúa como inducido).


Los generadores eléctricos se diferencian según el tipo de corriente que producen. Así, nos encontramos con dos grandes grupos de máquinas eléctricas rotativas: los alternadores y los dinamos.


El principio de funcionamiento del alternador y de la dinamo se basa en que el alternador mantiene la corriente alterna mientras la dinamo convierte la corriente alterna en corriente continua.


Los alternadores generan electricidad en corriente alterna. El elemento inductor es el rotor y el inducido el estator. Un ejemplo son los generadores de las centrales eléctricas, las cuales transforman la energía mecánica en eléctrica alterna.


Los dinamos generan electricidad en corriente continua. El elemento inductor es el estator y el inducido del rotor. Un ejemplo lo encontramos en la luz que tiene una bicicleta, la cual funciona a través del pedaleo.


Respecto a la posición de su árbol de giro, los generadores se clasifican en generadores

de eje vertical y generadores de eje horizontal. Las máquinas eléctricas de corriente alterna típicamente utilizadas se clasifican en máquinas síncronas y máquinas asíncronas o de inducción.


La mayor desventaja de los generadores asíncronos es que necesitan de una batería de

condensadores conectados a la salida, la cual compensa la energía reactiva generada. Para la creación del campo magnético el generador asíncrono debe estar conectado a la red y tomar de ella la corriente reactiva necesaria. Cuando la turbina hidráulica incrementa la potencia se produce un incremento en el deslizamiento. Ya que la red eléctrica es la que fija la frecuencia no se precisa que la turbina disponga de un regulador de velocidad.


Para llevar a cabo el arranque del generador asíncrono se actúa sobre la admisión de

agua en la turbina, de tal manera que ésta se vaya acelerando hasta que el generador se aproxime a su velocidad de sincronismo, instante en el que se cierra el interruptor automático de línea.

En los generadores síncronos es necesario alimentar el devanado del rotor con corriente

continua, la cual origina un campo magnético giratorio en el interior del generador que, a su

vez, produce un sistema trifásico de voltajes en los arrollamientos del estator. Debido a que

el rotor del generador gira, es necesario utilizar mecanismos especiales para llevar a cabo el

suministro de la corriente continua de excitación. Básicamente, la corriente continua puede ser suministrada por tres mecanismos de excitación: excitación, excitación auxiliar y excitación sin escobillas.


La excitación auxiliar consiste en alimentar el devanado inductor mediante la corriente continua generada por una dinamo auxiliar regulada por un reóstato y montada sobre el árbol del generador sincrónico.

La autoexcitación consiste en tomar la corriente desde los terminales del generador, transformarla mediante un transformador de excitación, rectificar mediante un sistema

electrónico estático e inyectarla en el devanado inductor mediante un dispositivo de escobillas y anillos rozantes que rodean al árbol de la máquina, pero aislados del mismo árbol.


 A pesar de los problemas de mantenimiento que genera la combinación de anillos rozantes

y escobillas, las máquinas síncronas pequeñas suelen emplear este sistema de excitación

ya que, funcionalmente, es el menos costoso para inyectar la corriente de campo. En el instante del arranque del generador síncrono no existe tensión en los bornes y,  consecuentemente, no se dispone de corriente de excitación. Por tanto, se necesita una fuente auxiliar (ejemplo,una batería) para iniciar el funcionamiento.


La excitación sin escobillas emplea un pequeño generador síncrono (excitatriz principal)

cuyo inducido va montado en el rotor y los polos inductores en el estator. La tensión trifásica de la excitatriz se rectifica a tensión continua mediante un puente de diodos, montado asimismo sobre el árbol del generador, y suministrada directamente, sin escobillas, al devanado de excitación del alternador. El ajuste de la corriente de excitación del generador síncrono se lleva a cabo mediante el control de la corriente de excitación de la excitatriz principal (desde el estator), la cual puede ser suministrada por un transformador de excitación (Figura).

El arranque de los generadores síncronos se realiza en vacío. Mediante la regulación del sistema de admisión de agua de la turbina se incrementa progresivamente la velocidad de ésta y en el instante en que el generador síncrono alcanza una velocidad próxima al sincronismo se conecta la excitación.



Regulación y control

Las centrales hidroeléctricas disponen de diversos dispositivos de regulación, control y protección adecuados al tipo de tecnología empleada y del funcionamiento previsto. Fundamentalmente controlan la turbina (caudal utilizado por las turbinas, regulación de potencia de centrales aisladas, etc.) y el generador (regulación de la tensión de generadores síncronos, batería de condensadores de grupos asíncronos, etc.). Las protecciones, que pueden ser mecánicas y eléctricas, de los diferentes subsistemas actúan cuando existe una anomalía en su funcionamiento.


En el caso de centrales hidroeléctricas que suministran energía mediante generadores síncronos a redes aisladas es preciso controlar la velocidad de rotación, que normalmente se lleva a cabo regulando el caudal de entrada a la turbina y regulando la tensión del alternador, con el propósito de mantener la tensión dentro de un cierto rango. Si disminuye la demanda energética, la turbina tiende a acelerarse, por lo que un sensor de rpm   (mecánico, electrónico, etc.) detecta el incremento de la velocidad y envía una señal para que un servomotor (generalmente, un cilindro hidráulico) regule el grado de apertura de los álabes del distribuidor (en el caso de las turbinas Francis), o el grado de apertura de los álabes del distribuidor y del rodete (en el caso de turbinas Kaplan), o el grado de apertura de las válvulas de aguja de los inyectores (en el caso de las turbinas Pelton) y se alimente con menor caudal de agua a las turbinas. Si se incrementa la demanda energética, los sensores de rpm proporcionarán información al servomotor para que se produzca un incremento del caudal de agua que alimenta a las turbinas.


Sistema de regulación mecánico- hidráulico sin retroalimentación.



En la figura se muestra que si la carga disminuye, el grupo se acelera y entonces, debido a las fuerzas centrífugas, las bolas del taquímetro se separan (ya que el taquímetro gira a la misma velocidad que la turbina o a un múltiplo de dicha velocidad). Dicha separación origina que el manguito del taquímetro suba, la palanca A gire respecto de el punto de apoyo B y el punto C descienda dando lugar a que la palanca D actúe sobre el distribuidor, que es una válvula amplificadora de presión hidráulica. Es decir, la pequeña fuerza que origina el descenso del punto C se traduce en una fuerza mucho mayor actuando en el vástago del servomotor.

Al descender la palanca D el aceite a presión sale por la parte inferior izquierda del distribuidor y entra por la parte inferior del servomotor, mientras que el aceite situado en la parte superior del servomotor entra por la parte superior izquierda del distribuidor y se dirige hacia el tanque de aceite. Al desplazarse el pistón del servomotor hacia arriba se cierra el distribuidor de la turbina.


Si la carga se incrementa se produce el proceso inverso, dando lugar a que el pistón del servo motor abra el distribuidor de la turbina y entre mayor caudal de agua en la misma.


Automatización, monitorización y telemando.

Normalmente, las minicentrales hidroeléctricas disponen de sistemas con algún grado de

automatismo de control, dependiendo dicho grado de diversos factores, entre los que se encuentran el personal disponible, la distancia del punto de ubicación de la central de un núcleo poblacional, etc.

Por tanto, pueden existir centrales con un alto grado de automatismo, que cuentan con

sistemas de medida y control inteligentes que, apoyándose en microprocesadores y software, llevan a cabo las tareas de arranque, regulación del funcionamiento y las paradas, y centrales cuyo grado de automatismo se limita a generar una señal de alarma y desconectar los grupos, mediante el empleo de relés convencionales, en el caso de presentarse anomalías en el funcionamiento.

Generalmente, las centrales cuentan con sistemas de telemetría que toman información

de diversos parámetros de operación, los cuales pueden ser monitorizados en una pantalla

digital, almacenarse en una base de datos y consultarse a distancia, vía módem. El sistema de telemando también permite que la central pueda ser controlada a distancia por un operador.


Servicios Auxiliares


Los sistemas de servicios auxiliares en una planta de generación son esenciales para lograr una operación confiable. Los servicios auxiliares comprenden las siguientes funciones: agua de refrigeración, aguas de drenajes, equipos antiincendios tanto desde elpunto de vista de su detección como su extinción, aire comprimido, servicios de agua potable, sistemas de lubricación, tratamiento de aguas residuales, aire acondicionado y sistemas de aireación. Incluyen los servicios eléctricos y mecánicos adicionales a los mencionados, como los equipos de levantamiento y alce.


Los sistemas de servicios auxiliares se consideran cuidadosamente en la etapa de diseño de la planta, porque desde su concepción misma se está determinando la confiabilidad y flexibilidad de la operación.




Subsistema eléctrico auxiliar

Dentro del equipamiento eléctrico de una central hidroeléctrica hay que destacar el

transformador de tensión, que tiene como función elevar la tensión para reducir las pérdidas durante el transporte de la energía. Normalmente, en las centrales pequeñas el transformador de baja-media o media-alta se instala en el interior del edificio central, sin embargo, a veces estos dispositivos se ubican al aire libre (Figura), generando impacto visual. Otro elemento a destacar es la línea de transporte eléctrico hasta la red de distribución o al consumo aislado.






Reguladores de velocidad


Se regula la velocidad para mantenerla lo más próxima posible a un valor determinado; y cuando sufra cambios, regrese lo más pronto posible al valor de referencia.

Eficiencia de las turbinas hidráulicas 


Para estimar la energía generada por una minicentral hidroeléctrica se precisa conocer el

caudal de agua disponible a lo largo de un año medio, por lo cual es necesario llevar a cabo

un estudio hidrológico que contemple la variación del caudal durante un cierto número de

años.

En dicho estudio es necesario tener en cuenta una serie de caudales:


  •  El caudal de servidumbre, el cual se compone del caudal ecológico o caudal mínimo necesario para mantener el funcionamiento, composición y estructura del ecosistema fluvial que ese cauce contiene en condiciones naturales y del caudal que se destina a otros usos;

  • El caudal de equipamiento Qe, el cual se selecciona de tal manera que el volumen turbinado sea máximo;

  •  El caudal mínimo técnico, que es proporcional al caudal de equipamiento y depende del tipo de turbina seleccionada (aproximadamente, 10% Qe para turbina Pelton,

25% Qe para turbina Kaplan y 40% Qe para turbina Francis).



El salto neto Hn (Figura 8.53) se define como la diferencia entre el salto útil Hu y las

pérdidas de carga Hp que se producen en las conducciones de agua. El salto útil es la diferencia entre el nivel de la lámina de agua en la cámara de carga y el nivel de desagüe de la turbina. El salto bruto Hb es la diferencia de altura entre la lámina de agua en la toma y el nivel del río en el punto donde se descarga el caudal turbinado





Los rendimientos de los diversos componentes de la central son proporcionados por sus

fabricantes, sin embargo, a efectos de estimación inicial el rendimiento global puede tomarse entre un 80% y un 85%.

Las pérdidas en los conductos pueden ser estimados mediante la ecuación de Darcy y

Weisbach, la cual es aplicable a flujos laminares y turbulentos, que fluyen en conductos de sección transversal arbitraria:


donde f es un factor de fricción adimensional, L la longitud del tubo en m, D el diámetro de

la tubería en m, V la velocidad media en m/s, y g %9,81 m/s2 la aceleración de la gravedad.

A dichas pérdidas hay que añadir las originadas por codos, válvulas, etc.

Una vez estimada la potencia instantánea se puede determinar la energía multiplicando la

potencia en cada instante por el tiempo de funcionamiento


Unidad 0 El agua como recurso

  Antes de entrar en conocimiento de la energía hidráulica debemos entender la importancia de este recurso. Para esto debemos entender que e...